Fin del Mundo

Presencio el ocaso del Fin del Mundo, y como yo, muchos otros también se han acercado al sur a ver el último atardecer de nuestras vidas. Muchos de ellos son personas que tengo agregadas en el Facebook, pero que no les conozco en persona, o son personas a las que no he tenido mucho contacto en la vida real. Saludo a los que puedo o se dejan, luego, subo unos peñascos para estar solo, y hago mi última foto al sol escondiéndose por el horizonte, entonces por mi visor presencio unos tentáculos gigantescos saliendo del mar, y otra bestia enorme hace acto de presencia. Un Kraken y un Leviatán se están dando de hostias en medio del mar, toda la gente se pone frenética, una chica vestida de conejita de Playboy  pasa el cartel del primer round, la gente sigue gritando y haciendo apuestas. Me monto en mi unicornio y me dirijo al norte, allí he oído que Godzilla se está peleando con Ultraman, a ver si llego a tiempo de hacer alguna apuesta.

Fantasma Digital

Llevo una semana de la más rara, primero veo que intentan abrir mis e-mails desde los Estados Unidos, y lo siguiente son llamadas continuas desde el Skype de un tío al que no tengo agregado ni conozco de nada. Me pongo nerviosa pensando mil cosas, pero la gota que colma el vaso es un mensaje de este tipo que recibo en el móvil diciéndome:"tenemos que hablar". Llamo a un programa de televisión que se dedican a sucesos paranormales, a los dos días me llegan un montón de cámaras, un tipo con cara rara y una mujer paletuda. Les explico lo sucedido y el tipo de cara rara se excita y me comenta de que tal vez sea un fantasma digital que intenta contactar conmigo porque tal vez me parezca a su anterior novia. No sé si me da más escalofríos su explicación o la cara de excitación que tiene este tipo al contarme la historia. Total, que entre el tipo raro, la paletuda y un cura que llamaron sobre la marcha, empezaron a hacer cosas rarísimas en mi ordenador, desde gritos incoherentes, hasta tirarle agua bendita a la pantalla. Me quedo pasmada ante tal espectáculo, cuando alguien toca en la puerta, al abrir veo dos personas que al verles sus trajes rancios adivino quiénes son. Al final todo resultó ser obra de la CIA, que al saber que yo soy una de las mejores diseñadores del mundo quisieron ponerse en contacto conmigo de una manera "sutil", por eso intentaron abrir mis correos, para olfatear cosas de moda que tenía ahí, pero al no conseguirlo y ver que no contestaba a sus llamadas pues tuvieron que venir personalmente a que les asesorara. Ahora el misterio es saber cuándo se van a ir el tipo raro, la paletuda y el cura.