viernes, 16 de diciembre de 2011
Dando un toque por teléfono
Voy acariciando su sedosa piel, paso por entre mis dedos su rojizo cabello, y su perfume es lo que me vuelve más loco. Voy a besarla en sus exitantes labios cuando de repente se oye un gran estruendo que me despierta del sueño. Me levanto de la cama con un gran vacío, y escucho desde la calle proferir un mar de insultos y gritos. Me asomo por la ventana y veo como un hombre agarra una roca enorme y lo tira hacia una cabina de teléfono. El hombre se percata de mi presencia y me suelta que le acababan de decir: "dame un toque por teléfono". Vuelvo a mi cama, al calor de las mantas, deseando retomar el sueño por donde lo dejé.
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