¿Sabéis ese momento en el que sientes un flechazo cuando ves a la persona de tu vida?, vale puedo ser un poco anticuada, pero en el momento en que le vi, eso fue lo que sentí. Él estaba al otro lado de la calle, y cuando me miró, vi que él sentía lo mismo al verme, el flechazo. O mejor dicho los flechazos, porque después de poner una cara ya bastante extraña y de salirle sangre de la boca, cayó al suelo revelando así un centenar de flechas en su espalda, alcé la vista al cielo y allí lo vi, un pequeño querubín, se estaba disculpando por su error, y yo presa de la ira porque sería una solterona toda la vida, persigo a ese cupido de tres al cuarto para arrancarle las alas.
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