Mi amiga Ana me llama para quedar con ella en la terraza de
un bar. Tras negarme a su petición, Ana me avisa que tiene algo para mí, pero
no me lo cuenta. La curiosidad me hierve por dentro y al final acabo aceptando
la invitación.
Cuando llego al lugar
de marras, veo a Ana sentada en una de las mesas acompañada por su expareja, Carla,
y otra chica que no reconozco, mas que nada porque se encuentra de espaldas. Al
acercarme saludo a Ana y Carla. Ana, avisa a la tercera chica que estoy ahí y
que me salude. La desconocida se levanta muy contenta y al verme sonríe de
oreja a oreja. Acto seguido se abalanza sobre mí y me besa en la boca. Mientras
noto como su lengua va taladrando el interior de mi boca, veo las caras de las
otras dos. Carla pone una mueca de asco, mientras Ana se va encendiendo en una
furia más que iracunda.
Cuando la chica me
suelta, la observo y mi sorpresa es tal que veo que es exactamente igual que Ana. Entonces
caigo en la cuenta de que se trata de su hermana Paula. Ana se levanta y me
echa la bronca de por qué besé a su hermana de esa manera. Su acusación me coge
por sorpresa cuando ella fue testigo de que yo no tomé esa iniciativa. Le
explico que no fue culpa mía, que no sabía que iba a hacer eso. Y mientras Ana
y yo discutíamos sobre de quien era la culpa, Paula no hacía más que reírse
ante tal situación.