He matado a Papá Noel

Con el frío en el cuerpo, la mañana gris y con calima. Voy de camino al trabajo y me doy cuenta de que las fechas navideñas ya están aquí. Lo digo más que nada por el ambiente; tiendas decoradas con árboles de navidad, luces de colores por doquier, y después están esas decoraciones que me parecen tan extrañas, los Santa Claus que trepan a tu casa. De hecho, ahora estoy viendo uno de esos, pero, la forma en la que está colgada en ese balcón me parece muy curiosa, no tiene los brazos aferrándose a nada, sino que los tiene colgados en el aire. Su rostro está lleno de sangre y la lengua fuera; la ropa está hecha jirones. Me fijo que del cuello tiene una extraña soga de ahorcado, y a su espalda una nota escrita en rojo que reza: "He matado a Papá Noel".

Todo saldrá bien

Recojo a mi hija del colegio, y muy contenta, me da una carta que había escrito en clase para pedir los regalos a Papá Noel y los Reyes Magos. En ese instante me da una punzada en el corazón, ¿cómo puedo decirle a mi propia hija que estas navidades no tendrá regalos?.
 A la noche, junto a mi mujer leo la carta.
 "Queridos Reyes Magos y Papá Noel, este año me he portado muy bien, siempre ayudo en las tareas de casa y hago los deberes. Este año lo que quiero pedir no es para mí, sino para mis padres, no quiero que me traigais juguetes, únicamente os pido por favor que traigan es un trabajo para mi papá y otro para mi mamá. Porque ahora parecen muy tristes, discuten mucho entre ellos, y eso me pone a mí muy triste también."
Dejo la carta, mi mujer hace rato que está llorando, yo no me puedo reprimir más y también empiezo a llorar, abrazo a mi mujer y le digo que al final, todo saldrá bien.

Chimenea 25

Mi hija está ansiosa de ver a Papá Noel y contarle todas las cosas que quiere que le traiga. En la fila hay muchos niños igual de impacientes y padres, que como yo, se encuentran esperando en la fila para contentar a sus hijos. De pronto una gran explosión sucede en la entrada del centro comercial, y tras la humareda veo atónito cómo surgen dos figuras que no había visto en la vida, dos criaturas parecidas a calamares gigantes, con un solo ojo enorme, y varios tentáculos con la que se arrastraban. Mientras avanzaban iban gritando que querían ver a Papá Noel, la gente gritaba, corrian por todas partes, mi hija comenzó a llorar , la agarré y nos escondimos en la caseta de Papá Noel. Las criaturas encontraron lo que buscaban. El Papá Noel seguía sentado, viendo como se aproximaban estos "calamares". Entre los sollozos de la niña, pude oír lo que se decían. Uno de los "calamares" dijo que necesitaban regresar a su planeta y que su platillo volante se había estropeado y que sin materiales no podían volver, y que habían oído que existía una persona que si le pedías cosas éste te las daba. El Papá Noel, puso cara de pensar, y de la manga sacó una tarjeta de un taller mecánico, y que si iban allí, que se lo repararían, y que además  si decían que iban de parte de Papá Noel, que les harían descuento.