Por fin es sábado por la noche, toda esta semana he estado currando como una bestia y esta noche pienso pegarme la juerga a tope.
Los colegas y yo llegamos a una discoteca enorme, llena de pivas esperando a que les eche el anzuelo. Y no se hacen de rogar, la primera, una pelirroja, me invita a una cerveza y a los dos minutos ya estamos comiéndonos la boca. Le toco los pechos con frenesí, toqueteo su culo que lo tiene firme, y siento su lengua entrar constantemente en mi boca.
Salimos de la discoteca para pasar a otro nivel, ya estoy becerrísimo. De pronto veo a mi padre, no le he visto en años y voy y le veo ahí. Está enfadado, fuera de sí, y agarra a mi piva. Le voy a decir unas cuantas cosas a mi padre cuando de repente me dice que qué hago comiéndole la boca a su hija. Me quedo de piedra, ¿he estado tocando sin saberlo a la hija de mi padre? ¿Esa hermana que no he podido verla en años? No aguanto más y me vomito la camisa recién estrenada.
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