lunes, 25 de julio de 2011

Sobre ruedas

Mi perro no deja de tirar, es como si tuviera prisa por llegar a su destino. Trato de tranquilizarlo pero no se calma, es más, sigue tirando con ganas. De pronto mi perro se detiene, se sienta sobre sus cuartos traseros y observa con detenimiento lo que hay enfrente. Miro con atención aquello que ha hecho que mi perro se detenga, miro a un lado y a otro, pero sólo veo un pequeño parque de juegos, con unos niños corriendo y brincando entre toboganes y fortines. Y en ese momento es cuando la veo, veo aquello que hizo detener a mi perro, veo a una niña sentada en una silla de ruedas contemplando cómo juegan el resto de los niños. Su madre se le acerca para decirle algo y la niña niega con la cabeza, sonríe y su mirada se pierde entre los columpios. Yo me quedo observando aquella imagen, y pienso cómo será su vida, ¿podrá algún día caminar y jugar con otros niños? O ¿Siempre se quedará postrada en esa silla frustrándose y pensando que la vida es una mierda?, mis pensamientos son interrumpidos por un policía que me ha multado por dejar que mi perro excremente en vía pública.

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