miércoles, 2 de mayo de 2012

A la espera

Después de hacer un alto en el restaurante del pueblo, sigo mi viaje por la carretera. La nieve cubre por completo el paisaje y en ese momento siento una necesidad terrible de parar y contemplarlo todo y capturar toda esta imagen con mi cámara. El viento silba entre los árboles cubiertos de nieve y parece sonar una extraña melodía. Hago una foto al paisaje que se extiende ante mí, y al revisar la foto, veo algo de lo que no me había percatado antes, ¿una especie de caseta de perro? Justo en ese momento un perro sale de la caseta y con un paso lento llega al borde de la carretera, a unos metros de mi coche y se sienta en la espera. Observo al perro, no lo veo desnutrido, pero sí viejo y cansado. Le hago un par de fotografías, al rato llega otro coche y se para junto al perro. Es la señora que me atendió en el restaurante, que se acerca al perro para darle de comer. Me dirijo a ella y le pregunto sobre el perro. Ella me cuenta que el perro lleva viviendo por la zona hace siete años, me explica que un vecino suyo del pueblo se tuvo que mudar a otro país, y que no se lo podía llevar. Por eso el perro siempre se queda al borde de la carretera donde fue abandonado, a la espera de que vuelva su dueño a recogerle.

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