Llego muy cansado a la habitación del hotel. Miro por la
ventana y soy testigo de un paisaje nocturno de lo más increíble. Me dispongo a
fotografiar ese paisaje cuando veo a una mujer sentada en el banco del parque,
a su lado tiene el carrito de su bebé. En sus brazos mece a su pequeño cantándole
una nana. Yo la observo y pese a su condición de indigente, viste muy bien, en
otras circunstancias esta chica podría haber sido muy guapa, pero el tiempo y
el destino la tienen como ahora la veo a través de mis ojos. Ella se dispone a
marcharse, entonces llega un grupo de personas y empiezan a burlarse de ella,
la empujan, la insultan, cogen a su pequeño que tenía en brazos y desenvuelven
las mantas para revelar nada en su interior. Después de este gesto la llaman
loca y se marchan entre risas. Y ella se queda arrodillada frente a su carrito
llorando.
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