Me despierto desorientado, miro por la ventana y a juzgar
por la luz creo que son las cinco y media de la tarde, vaya he dormido cinco
horas de veinte minutos que suelo echarme de siesta. Pronto me doy cuenta de
que en el ambiente hay un silencio sepulcral, algo me hace sentir escalofríos
pero decido mirar por el jardín a ver cómo está todo. Cuando salgo veo que no hay
nadie en absoluto, el aire huele a rancio y empiezo a comprender lo que está
pasando, de pronto oigo unas pisadas tras de mí, al girarme veo a mi novia con
ojos inyectados en sangre, su boca llena de babas y sus brazos extendidos para
agarrarme. En un movimiento reflejo cojo la pala del jardín y la golpeo en la
cabeza, y mientras lo hago pienso que mi miedo se ha hecho realidad, despertarme después
de un apocalipsis zombie. Dejo de golpear a mi novia y cubierto de sangre
enciendo el televisor a ver las noticias sobre el apocalipsis, para mi asombro
veo que la programación es la de siempre no hay noticias de zombies ni nada. Entonces
llega la madre de mi novia y grita aterrada sobre el cuerpo de su hija. Entonces
todo cobra sentido, mi novia no estaba zombie, sino que se acababa de despertar
y venía hacia mí para abrazarme. Ella sigue llorando sobre su cadáver mientras
yo me dirijo al búnker a estudiar un poco de braille, no vaya a ser que se
produzca una epidemia mundial ceguera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario