lunes, 3 de junio de 2013

Muriendo por dentro: Tiempo.

Al amanecer te conocí, entraste por aquella puerta irradiando luz por todas partes, supe que eras tú, con quién pasaría el resto de mi vida.

Nada más llegar la tarde, lo nuestro era imposible, dos “mundos” diferentes, dos tiempos distintos. No se podía llegar a ninguna parte aunque lo intentáramos.

Al anochecer todo había acabado. Lo que había nacido a partir de un deseo se moría entre nuestros brazos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario