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lunes, 1 de septiembre de 2014

Será que quiere "rabo"

Bajo la manta de estrellas de esta noche fresca y suave. Acostado entre dunas y arena, mis amigos y yo relatamos nuestros sueños. Ella, que la acabo de conocer, sorda, hermosa, y tan pegada a mí mientras me acaricia el hombro, no puedo evitar que será que ella quiere mi “rabo”.

 La música a lo lejos se va muriendo al igual que la noche. No podemos evitar el tener que volver, y mientras lo hacemos entre risas y secretos, nos cae agua de algún balcón de tal vez una pareja malfollada. Incómodos por dormir en camas separadas y que tal vez se dedican a arrojar agua a quienes pasen por debajo de su casa como estamos haciendo nosotros.


 Llegamos al coche, estaba abierto, es un milagro que nos no lo robaran. Dormimos lo que quedaba dentro del vehículo. Al cabo de unas horas unos golpes en la ventanilla nos despierta a todos. Era un señor de unos cuarenta años, en tanga, preguntándonos si queríamos sexo gratis con él. Mi amiga no se lo pensó, encendió el coche marchándonos como alma que lleva el diablo. La sorda aún duerme en postura de plankin en el asiento de atrás y su cabeza se sitúa en mi entrepierna. Está claro que lo que ella quiere es mi “rabo”.

lunes, 23 de junio de 2014

La chica del ascensor

Llegaba tarde al trabajo, llegué al edificio a duras penas. Entré en el ascensor como un rayo, pulsé para el piso treinta y nueve. Justo cuando se iban cerrar las puertas, una chica me pidió que le aguantara las puertas para que entrara.

 -Muchas gracias, no me apetecía nada subir cuarenta pisos andando.

 La joven se puso de espaldas a mí, mientras me decía algo sobre si es tráfico fue que la hizo llegar tarde, yo contemplaba absorto sus cabellos rojos. Entonces dijo algo que no comprendí y le pedí que me lo repitiera.

 -Disculpa, he dicho si me puedes bajar la cremallera del vestido.

 No entendí nada de lo que estaba pasando, dije que sí casi sin pensarlo, como algo natural como cuando te preguntan si quieres un vaso de agua y contestas que sí.
 Antes de que me diera cuenta ya le estaba bajando la cremallera.

 -Uff, gracias, hace muchísimo calor, y este vestido es muy incómodo como para haberlo traído hoy aquí.

 Se dio la vuelta y empezó a quitarse toda la ropa, no tenía ropa interior, y su mirada sensual estaba clavada en mí. No quise ser mal educado y miraba para otro lado, pero cuando le miraba a la cara, ella no dejaba de sonreír y  guiñarme el ojo.


 Llegamos a su piso, se marchó como Dios la trajo al mundo mientras se despedía diciéndome: “Tenemos que repetirlo otro día.”

lunes, 16 de abril de 2012

Rituales

Llego al muelle, y veo cómo un barco pesquero está a punto de atracar, en ese momento un pato sale de la nada, y se va aproximando de forma tímida a medida que el barco está llegando. Una vez puesta la marra, el pato se queda en el borde, esperando, entonces como si fuera ya un ritual realizada desde hace tiempo el pescador saca un cuenco, lo llena de agua y se lo da al sediento pato, y que éste le agradece con un batir de alas.