lunes, 13 de mayo de 2013

Muriendo por dentro: Esperándote entre el trigal.



Incluso a pesar de nuestras diferencias te acercaste a mí, nos hicimos amigos y con el tiempo dimos un paso más allá.

Tus sentimientos alegres y sonrisa eran contagiosas, contigo hacías que todo fuera más sencillo, tus cabellos rubios como el trigo eran inspiración en mi lienzo, eras mi musa en todo tu ser.

Zafio, estúpido, todo eso y más era yo que no sabía aprovechar todo el tiempo que permanecimos juntos, eras la luz de mis mañanas y la oscuridad en mis tardes.

Irremediablemente el tiempo se resbalaba entre nuestros dedos, no sabía cuanto nos quedaba, o era yo, quien se negaba a verlo.

Anochece, abro la carta que me diste, en el me dices verdades ocultas en tu corazón, entonces lo comprendo todo y te dejo marchar.

Ruido, es todo lo que oigo dentro de mi cabeza. Ella se ha ido, hace ya tres años que te fuiste, después un largo sufrimiento, tu enfermedad. Yo no te dejaba ir, te quería demasiado, ahora te espero en nuestro lugar especial, entre el trigal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario