Ese
perro aún sigue esperando en la estación a que llegue su dueño. Termino de
leer el relato de la semana de Bohemian Feelings, hoy el café de acuarela me
sabe muy bien, y tengo que dejar los cascos cuando suena el mejor tema de Xafon
XIII. Hoy hace calor, y me pongo la gorra de Long Lance. En el periódico pone
que una chica con un ukelele tocará en la plaza por motivo de las fiestas, eso es
algo que no me puedo perder, tendré que aplazar la orgía que organizó una amiga
para mi cumpleaños para otro día.
De camino a casa de mi novia, paso por la
playa, contemplo el mar azul como si fuera la última vez que lo mirase, en ese
momento de distracción, veo una sirena. Atónito, presencio que trata de
comunicarse conmigo, hace gestos que me son familiares, gestos que utilizo yo
para hacer fotos. Le hago una foto de cuerpo entero, al enseñarle la foto, se
enfada conmigo y me dice mediante gestos que la fotografíe de cintura para
arriba, le hago caso, cuando termino se siente complacida y se marcha de nuevo
al mar azul, dejando tras de sí una estela de botellas de cerveza.Al llegar a casa de mi novia la veo con el delantal puesto y por lo menos con cuatro tartas hechas. Este año ha sido una pasada, y es que todo el mundo ha ignorado el mensaje de advertencia que dejé en el Facebook de no felicitarme. Ahora tendré que ir a casa de todos y de cada uno de los que me han felicitado, como los que han respetado mis deseos, a entregarle en mano una carta con un trozo de tarta dentro y darle las gracias por esos minutos que me dedicaron…y de paso borrar algunos con tipp-ex. Gracias a todos.
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