lunes, 23 de diciembre de 2013

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Cien relatos cargando a mis espaldas. No llegué jamás a pensar en relatar tantas historias, no llegué jamás a pensar en conocer nuevas personas que me inspirasen a relatar. Durante estos casi tres años, he manifestado todo mi ser en los relatos, he dejado ver mis aficiones, mis gustos musicales, mi forma de ser y pensar. Cosas de mí que no sería capaz de decir en voz alta están escritas y al alcance de cualquiera, quien haya sabido leer entre líneas diferenciando la realidad y ficción que he ido creando, ya me conoce de sobra.

 Quisiera agradecer a toda esa gente que me lee, aguantando mis faltas de ortografía, expresión o de conocimientos. Agradecer a los que les gusta porque les parece divertido y también a los que no les gusta porque les habré hecho perder el tiempo. 

 En esta parte me gustaría dar las gracias a esas personas que han ido colaborando conmigo en Relatos CruzadosCafé de Acuarela o.Ô, por su magnífica ilustración para el cuento La Pequeña Princesa no puede dormir. A Miguel Ángel Presa, por sus estupendas fotos para los relatos Donde duermen las gaviotas y Donde comienza el Arco Iris. A Nala Jones por sus relatos Eusebio y El desengaño. Y a Sara Crespo por ser una Fan Letal.
 Por último hacer una mención especial a Tami Sánchez, Bohemian Feelings, por sus relatos que son capaces de crearte una nostalgia que no tienes, de tocar la fibra sensible y de realizar relatos que juntan realidad y ficción en una línea tan fina que no se sabe cual es cual. Por saber inspirarme, colaborar en varios relatos y fundar Relatos Cruzados. Gracias por confiar en mis historias.

Cien relatos cargando a mis espaldas. Ahora volvemos a empezar, con nuevos relatos donde el Hacedor de Historias irá tejiendo para el disfrute del que se pare un momento, y decida leer las ironías de la vida. 

Gracias a todos los que leen el Hacedor de Historias, y espero llegar a otros cien.

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