A mitad
de la noche mientras esperaba la llegada de mis colegas, veo que en el patio
entran tres “señoritas señoras” que no paraban de marujear sobre cómo les había
pasado la noche con los chicos que habían intentado ligar con ellas. Acto
seguido entran dos chicas jóvenes, y por lo que me pude enterar de la
conversación, es que esas dos, son hijas de una de las señoras, y sobrinas de
las otras dos.
Las chicas jóvenes se encuentran molestas
porque no las habían dejado entrar en el local de moda y su madre las arrastró
hasta aquí. Intentan suplicar a su madre que intenten convencer al portero que
las dejen entrar, pero su madre les responde que con dieciséis años non podrían
hacerlo aunque el portero quisiera.
Las jóvenes se resignan y vuelven a entrar en
la pista de baile. Una vez dentro, se acercan al pinchadiscos de turno y una de
ellas le pide música que se pueda bailar. El pinchadiscos la mira extrañado,
agarra a la chica por los hombros y la pone de cara a la pista de baile y le
dice: “Da tres pasos hacia delante, te mezclas con la gente y empiezas a
mover los brazos arriba y abajo, el resto viene solo.”
La joven suelta un bufido y junto con su
hermana, se pierden entre la gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario