Me levanto feliz y contento, hoy tengo optimismo a tope, y con una sonrisa afronto la monotonía. Me dirijo al bar a por mi café, y en el sobre del azúcar leo: “Quizás sueñes con un bello futuro, pero recuerda que el mundo ya está manchado, es sucio, y malo. ¿Amor, amistad, confianza mutua entre los seres humanos? Tonto, no puedes confiar en nadie en este mundo corrupto”. Dejo el sobrecito de azúcar a un lado y me tomo el café amargo. Y con el pesimismo de siempre vuelvo a la monotonía.
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