Me
despierto en mitad de la noche, no es por el calor, ni por las ganas de ir al
baño. Tampoco lo es por el griterío de los borrachos que justamente se colocan
bajo mi ventana. Más bien es por una extraña sensación, una inquietud que me
invade y eso a hecho que me despertase. Me incorporo un poco, me froto los ojos
y enciendo la luz, miro a mí alrededor y no veo nada extraño por el cual me
hiciera despertar. No oigo ruidos dentro de casa, únicamente se escucha el
tic-tac del reloj de la cocina; me levanto y al salir de mi habitación,
descubro en el pasillo una luz proveniente de alguna de las habitaciones. Al
aproximarme a la esquina deduzco que la luz proviene del estudio, entonces
trato de hacer memoria si antes de acostarme apagué el ordenador. Juraría que
lo apagué, entonces me aproximo a mi estudio con cautela, paso a paso, miro
alrededor, por si alguien se encuentra en mi casa y me pilla por sorpresa. No
encuentro a nadie, pero lo que sí veo es que mi ordenador está encendido. Veo
que el programa que utilizo para escribir mis novelas está puesto, y que además
hay algo escrito. Pone de alguien que no puede dormir, de una inquietud, de
pasillos oscuros y de un ordenador encendido, y que cuando el personaje
descubre qué es lo que pone en el ordenador, lee que oye pasos atrás, se da la
vuelta…
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