lunes, 11 de noviembre de 2013

La mano con trampa

Me encontraba en la barra bebiendo como siempre, a la espera de cazar alguna “víctima”. Ya entre todo el barullo y la música, no sé cómo, pero ya desde lejos oigo su voz. La voz de ese chico que no para de hablar, largo y tendido, además de repetirse hasta la saciedad. Me asomo con cautela, no quiero que me vea y empiece a dar la gran charla, le veo intentando ligarse a unas amigas mías.
Ambas estaban sentadas hablando de sus cosas, cuando aparece el charlatán, y con la mano derecha y la palma hacia arriba, va moviendo los dedos, como atrayéndolas. Una de ellas, la que estaba muy borracha, cogió la mano del muchacho, y cuando ella se dio cuenta de que era para sacarla a bailar, intentó zafarse, pero él la agarraba con fuerza. La amiga la ayudó sujetándola, pero en vano, no tenía tanta fuerza. Con lágrimas en los ojos, la joven cogió su navaja del bolso y se amputó la mano, salpicando a todos los presentes, yo incluido, de la sangre que emanaba de su muñeca recién cortada.  

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