lunes, 24 de febrero de 2014

Tiempo


Una vez conocí a una persona que tenía el tiempo un poco trastocado. Su nombre es Claudia, y su pasar del tiempo difería en gran medida respecto a la mayoría de nosotros. Cuando ella decía: “Hace tiempo que no salimos por ahí”. Nosotros le contestábamos que era una exagerada, que sólo había pasado dos días de la última salida. Pero para ella le había parecido meses. Incluso cuando se presentó en mi casa en plan visita espontánea, a mi me pilló limpiando el piso. Limpié primero el salón, media hora más tarde había terminado la cocina y el baño, y Claudia le pareció que desde que limpié el salón hasta que terminé el baño y cocina le habían pasado como dos días o algo así.

 Le dije en broma que si tiene ese problema con el tiempo que fuera a ver un relojero en vez de a un médico, que tal vez le pudiera arreglar algún mecanismo interior, y que funcionase bien.

 A la semana siguiente regresó a mi casa con una sonrisa en los labios, le pregunté dónde había estado toda la semana, que andaba desaparecida y que no contestaba a nuestras llamadas. Claudia me contestó que me hizo caso, que fue a ver un relojero, yo me quedé estupefacto. Ella siguió relatando que al exponer su problema al relojero, él sabía cómo tratarlo; debía cambiar su corazón por la de un reloj de madera. De esta manera ella ya no tendría problemas de distorsión del tiempo, que ahora iba acorde como el de los demás. Me imaginé que me estaba tomando el pelo, cuando me enseñó su cicatriz a la altura del corazón, y cuando acerqué mi oído a su pecho desnudo, podía escuchar claramente el tic-tac de un reloj dentro de ella.

lunes, 17 de febrero de 2014

Pelos

Me parece increíble la cantidad de pelo que puede llegar a perder esta mujer. La primera vez que pasó, fue cuando nos invitó a su casa y con una merienda que ella misma preparó basado en bocadillos, descubrimos que nuestra amiga perdía muchos pelos.
 Yo fui el primero en percatarme, al dar un bocado al sándwich, noté algo en la boca mientras masticaba. Al sacarlo de mi boca y ponerlo a la vista, me di cuenta que era un enorme y largísimo pelo de nuestra anfitriona. Me quedé con los ojos abiertos ante la longitud del pelo, pero más atónito me quedé, cuando al resto de nuestros colegas les pasó lo mismo que a mí, sacando de sus bocas largos pelos de nuestra amiga.
 Le descubro pelos en un libro que le presté, le encuentro pelos entre los teclados de mi ordenador, en el estudio fotográfico, pelos en las siguientes comidas que nos prepara; como sopas, potajes y tartas.

 Le pedimos que vaya al dermatólogo para que evite que se le caiga más pelo. Pero cuando llegamos a su casa es demasiado tarde. Al abrir la puerta vemos que en su cabeza sólo tiene un pañuelo, intentando tapar su temprana calvicie.

sábado, 15 de febrero de 2014

Nunca soñé que alguien como tú, pudiera enamorarse de alguien como yo.

Nunca soñé que alguien como tú pudiera querer a alguien como yo. ¿Es posible que este sea el momento más feliz de mi vida?
No me creo que sea verdad, es demasiado bonito. ¿Cómo sabré que me seguirás queriendo el día de mañana?
¿Cómo sé que tus suspiros son para mí? No estoy segura de mi misma.
¿Cómo sé que esto no es un sueño porque tú me amas? A través de tus ojos dices que me ves hermosa.
Soy la chica pelirroja que no sonríe en aquella fotografía. ¿Cómo saber que no es otra broma para hundirme más en la miseria?
Bailemos juntos, dejemos el mundo atrás, sin importar lo que digan. ¿Cómo sé que tus besos son sinceros?
¿Cómo sé que esto no es otra fantasía impuesta por mis necesidades? Dices que me quieres.

¿Existe realmente Dios? Puede que al fin me haya escuchado, porque nunca soñé, que alguien como tú, pudiera enamorarse de alguien como yo.

lunes, 10 de febrero de 2014

Guiño

En la terraza situada frente al mar, nuestra amiga Marta nos confiesa que le empieza a gustar el camarero que nos ha estado atendiendo. Nos dice que le gustaría ligárselo poniéndose en la barra y guiñarle un ojo. Le decimos en broma cómo sería ese guiño, nos hace una demostración en la que mueve todas las facciones de la cara para guiñar su ojo derecho. Nos reímos todos ante lo que acaba de hacer, y nos interrumpe enfadada, que ése era el guiño en serio que le iba a hacer para el muchacho.
 Nos miramos entre todos en un silencio incómodo. Le pido que lo repita. Al hacerlo de nuevo, parecía una pobre desvalida en un intento patético de parecer sexy. Le decimos que lo intente con el ojo izquierdo, y con ese intento es aún peor que la anterior, era como ver a Popeye en plan disléxico, hundiéndosele toda la cara y abriendo la boca como Silvestre Stallone al decir “no puedo, no puedo”.

 Al final nuestra amiga nos manda a la mierda a todos y se acerca a la barra a hacer lo que mejor se le da: enseñar un hombro sensualmente.

lunes, 3 de febrero de 2014

Inmóviles


Fotografía: Bohemian Feelings.

¿Por qué demonios no se quedan quietos cuando hago fotos? No entiendo ese estúpido comportamiento que tiene la gente cuando dice: “Yo no salgo bien en las fotos” “Soy muy feo” “Yo no sé posar” “Te voy a romper la cámara de lo fea que soy”. Y después de intentar que queden bien, van y se mueven en el último momento. Estoy más que harta.

 Luego salen con los ojos cerrados, movidos a un lado que no quería, tocándose la cara o removiendo parte del decorado.

 Mi gata se acerca, mientras la acaricio, me siento muy furiosa de todo, cuando me doy cuenta, observo aterrorizada que he estrangulado a la gata. Permanece inmóvil y con los ojos abiertos. En ese momento, en el que debería llorar por la pérdida de mi mascota, cojo mi cámara y le hago una foto. Es perfecto, por fin capto algo que quiero, un momento del tiempo en el que el fotografiado no mueve un músculo.

 Después de mirar unos cuantos minutos la fotografía, se me ocurre una estupenda idea para que mis modelos no se muevan más de lo necesario, y de mis labios esbozo una amplia sonrisa.