Me parece increíble la cantidad de pelo que puede llegar a perder esta
mujer. La primera vez que pasó, fue cuando nos invitó a su casa y con una
merienda que ella misma preparó basado en bocadillos, descubrimos que nuestra
amiga perdía muchos pelos.
Yo fui el primero en
percatarme, al dar un bocado al sándwich, noté algo en la boca mientras
masticaba. Al sacarlo de mi boca y ponerlo a la vista, me di cuenta que era un
enorme y largísimo pelo de nuestra anfitriona. Me quedé con los ojos abiertos
ante la longitud del pelo, pero más atónito me quedé, cuando al resto de
nuestros colegas les pasó lo mismo que a mí, sacando de sus bocas largos pelos
de nuestra amiga.
Le descubro pelos en un libro
que le presté, le encuentro pelos entre los teclados de mi ordenador, en el estudio fotográfico, pelos en
las siguientes comidas que nos prepara; como sopas, potajes y tartas.
Le pedimos que vaya al
dermatólogo para que evite que se le caiga más pelo. Pero cuando llegamos a su
casa es demasiado tarde. Al abrir la puerta vemos que en su cabeza sólo tiene
un pañuelo, intentando tapar su temprana calvicie.
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