lunes, 24 de marzo de 2014

Party


Fotografía: Tami Sánchez.

Llegamos todos, poco a poco, pero en el salón ya estábamos todos. Nos disponíamos a jugar al Party and Co. El equipo al que pertenecía iba perdiendo porque no sabía dibujar una pérgola ni hacer bien una mímica de servir una caña.
 A mitad del juego, tocan a la puerta, la anfitriona nos dice que iba a venir el fontanero para revisarle las cañerías de la cocina, que podíamos seguir con el juego, pero decidimos parar y esperarla. Nos quedamos mirando las caras al tiempo que el fontanero explicaba filtros, agua contaminada, cañerías sucias, demostraciones con vasos haciendo que el agua se vuelva negra…
 Yo intento cortejar a una de las chicas, pero en un plis plas me manda a la mierda. El chico que tiene a su lado se aburre, y a cada rato suelta: “Tenemos hambre”.
 Pasa una hora desde que llegó el fontanero, la partida sigue a medias y aún no se decide el ganador. La chica a la que traté de cortejar, se pone de los nervios, se levanta y corriendo se dirige al baño. Todos creímos que iría a vomitar o que tendría el estómago flojo. Pero estábamos equivocados. Salió del baño blandiendo un desatascador y hecha una furia, y con un grito de guerra se dirigió al fontanero, le empezó a hostiar con el desatascador  hasta que tuvo que salir por patas de la casa.
 Vimos cómo le perseguía calle abajo, al volver, reanudamos la partida al Party, cuando ella se sentó a mi lado, me sonrió mientras agitaba el desatascador en el aire.

No hay comentarios:

Publicar un comentario