lunes, 23 de mayo de 2011

Al final de las escaleras

Llevo un rato subiendo las escaleras porque el dichoso ascensor no funciona. Vivo en el quinto piso, y sin embargo, es como si llevase horas subiendo escaleras, no lo entiendo. Me paro a descansar, entonces, una chica que afirma ser vecina mía, pero a la que nunca he visto, se sienta a mi lado. Me habla de cosas sin sentido, de haber visto cosas más allá de estas escaleras, dijo presenciar la Luz, y a las Sombras. La dejo mientras sigue hablando y no se percata de mi marcha.
 Sigo subiendo, subo, subo más escaleras, pero no llego a mi casa. Descanso apoyándome en la barandilla, y miro detenidamente la distancia entre donde estoy hasta el final de las escaleras, y descubro perplejo que solo he subido un piso. Y entonces me doy cuenta, me veo a mí mismo al final de las escaleras, mi cuerpo tirado en el suelo en un gran charco de sangre.

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