Me despierto en medio de la madrugada, algo carraspea la ventana, no logro ver qué es. A continuación oigo pequeños pasos correteando por mi habitación. Me quedo quieto un rato, y cuando trato de levantarme no puedo, una especie de hilandera me tiene atado. Y entonces las veo, subiendo hacia mí, unas arañas hambrientas de mi carne.
los sueños se enredan en las telarañas del cerebro y van agonizando hasta quedarse convertidos en materia residual, vuelven a quedar nuevos sueños atrapados en ella y se desvanecen, y asi sucesivamente en un ciclo sin final.
ResponderEliminarUn saludo Felipe, te sigo
me alegro que te hayas abierto un blog, me encantan tus historias, como siempre!!! besossss
ResponderEliminar